Podría decir que Santa Teresita está que arde y no lo digo porque me haya quemado los pies en la arena sino porque casi de repente vimos como nuestra ciudad se llenó de gente casi como un Tsunami de turistas. Los comerciantes amigos se quejan -como se quejan de todo, si hace calor, que hace calor, si está nublado porque está nublado, etc.- de que podría ser mejor. La verdad que es pensando en el mejor de los mundos posibles, este verano empezó de una manera espectacular. Las playas muy concurridas aunque no llenas. De noche las calles se inundan de un bullizo alegre que borró el anterior silencio y tranquilidad en el que solemos vivir.

Escribo esto para manifestar la alegría de poder gozar del sol, la playa, el mar y los -aunque suene extraño- los turistas. Me pone contento de ver nuestra ciudad cobrar vida con esta ola de gente que desborda nuestas calles y playas.